Muqueño

Mi amigo, raza negra, más bien marrón, siempre arrimado contra la pared vos, callado, hasta que entrás en contacto con alguien. Sí, callado, pero cuando no lo estás, tu potente voz resuena en cada rincón de la casa. Claro que debe ser porque no sos de acá que tu idioma tiene fallas, te comés partes o a veces repetís, como una especie de rebote, que casi siempre me pone histérica. También puede ser porque ya sos bastante grande. Igual yo traté de arreglarlo todo con ese que te iba a curar, pero creo que fue peor. Diciendo que ciertas cosas no tenían arreglo, no sé, seguro que no es así. Incluso cuando te llevaron, tu sonrisa no era la misma de siempre, suerte que volviste.
Generalmente estás serio, pero lo lindo es que cuando me acerco a vos, me mostrás esa hermosa sonrisa. Es raro, porque vos me hacés disfrutar, como también enojar tanto que a veces un cachetazo me sale. Tantas veces te comparé, tantas veces te dije de todo, lloré o me descargué con vos, o no sé.
Siempre nos gustó la música a los dos, eso es algo que tenemos en común.
Te conozco hace como cuatro años, y siempre estuviste ahí, mirándome y haciéndome sentir que PARA ESTAR CON VOS, YO SIRVO


Qué raro y a la vez lindo fue personificar a mi piano...