Hace un calor tremendo afuera pero acá adentro de mi casa está fresquito, igualmente estoy con la chomba del colegio, y no puedo dejar de relacionar el calor con el fin de clases, pero esta vez no es así. Se adelantó todo, ya que estamos en agosto y las clases terminan como el 15 de diciembre. Encima más tarde por tener una semana sin clases por la maldita gripe porcina y porque la gente estaba demasiado paranoica y obsesiva con cuidarse (cosa que nunca había hecho de tal forma) como para salir de sus casas. Y no, las clases no terminan más, una basura, sí.
Tengo unos fuertes deseos de poder cantar los agudos de Hayley Williams. Fuertes, eh!
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